Comunicar para un mejor futuro

La realidad del mundo en el que vivimos, los dolores de nuestro país y los problemas que deben enfrentar las organizaciones nos interpelan y nos obligan a comunicar(nos) con responsabilidad.
María José Calvimontes

El año 2016, Kenneth Mikkelsen -asociado del Copenhagen Institute for Futures Studies y la Drucker Society– planteaba una serie de cambios en los que los líderes deberían enfocarse para mirar el futuro con nuevos ojos: mind shiftskill shiftbehavior shift y system shift. Cinco años después y en medio de una crisis sanitaria, social, económica y climática, su propuesta tiene plena vigencia. También si la abordamos desde las comunicaciones, uno de los ámbitos en los que en Needo brindamos asesoría a organizaciones para que se relacionen efectiva y armónicamente con sus públicos y su entorno.

Dice Mikkelsen que “el cambio de mentalidad comienza con la voluntad de adaptarse, estando abierto y dispuesto a vivir con incertidumbre” y también que es esencial “reconocer que tener un negocio exitoso es más que maximizar el valor para los accionistas”. Desde los movimientos que trabajan por una nueva economía -más humana, justa y sostenible-, llevamos mucho tiempo poniendo este tema sobre la mesa, pero quizás la estrategia se ha centrado más en realizar campañas hacia la comunidad y menos en comunicar al interior de las organizaciones y los órganos de gobierno corporativo, que es donde deben movilizarse las transformaciones a largo plazo.

Respecto del “cambio de habilidades”, el autor hace referencia a la urgencia de nuevas capacidades, como la resolución de problemas complejos, el pensamiento crítico y la creatividad. Quienes nos dedicamos a la comunicación constatamos el significativo rol que tenemos cultivando la “inteligencia contextual”, definida por Tarun Khanna, profesor de Harvard, como “la habilidad para entender los límites de nuestro conocimiento y para adaptarlo a un ambiente diferente del que se desarrolló». Desafíos antes desconocidos requieren respuestas novedosas, y eso implica conocer y comprender el entorno en el que nos desenvolvemos desde la perspectiva de nuestra identidad y nuestra cultura.

El “cambio de comportamiento” se relaciona con “cómo la cosmovisión colectiva en las organizaciones se manifiesta en acciones y decisiones diarias” y con la manera en que ese comportamiento es evaluado por clientes y colaboradores. Más que nunca es necesario hacer antes de decir, pero también decir responsablemente lo que bien se ha hecho. La coherencia se exige en la gestión y se espera de la comunicación y ésta, bien ejercida, genera encuentro, recupera confianzas, es capaz de inspirar e influir.

Finalmente, de acuerdo con Mikkelsen, “el cambio de sistema significa repensar cómo operan las organizaciones” y considerar el “resurgimiento de ecosistemas en red” y el interés de las personas en “trabajar con empresas que tengan un propósito superior”. ¿Cómo estamos comunicando hoy nuestro propósito? ¿Cómo evitamos que se convierta en una moda más y aseguramos que se viva verdaderamente en nuestras organizaciones? ¿Cómo nos estamos vinculando con otros actores con los que compartimos camino y visión?

La realidad del mundo en el que vivimos, los dolores de nuestro país y los problemas que deben enfrentar las organizaciones nos interpelan y nos obligan a comunicar(nos) con responsabilidad. Una comunicación para un mejor futuro necesita hacerse parte de esos cambios hoy.

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