Amar Migrar:
UN CÁLIDO RECIBIMIENTO PARA NIÑAS, NIÑOS Y ADOLESCENTES MIGRANTES
Laura Corbalán
Diego González, el creador y presidente del Proyecto Amar Migrar tiene 25 años, es Administrador Público y vive en la comuna de Maipú. Divide su tiempo entre su trabajo como encargado de vinculación en el área de responsabilidad social y desarrollo sostenible
en la empresa The Real Eco State y la Fundación Proyecto Amar Migrar, proyecto que busca ayudar en diferentes áreas a niños, niñas y adolescentes de nacionalidad extranjera y chilena y que nace con la intención de ser un aporte en la disminución de brechas de desigualdad social y educacional.
“Tiene como objetivo principal y prioritario generar beneficios en niños, niñas y adolescentes que apuntan a diferentes áreas en el desarrollo de su infancia” explica Diego. Pero la semilla de servicio había nacido en la universidad, cuando fue parte del servicio migrante evangélico, en donde se desempeñó como profesor voluntario para dictar clases de español a migrantes haitianos los días sábados en una iglesia cerca del metro Santa Isabel. Lo hizo por cuatro años.
La idea de Amar Migrar nació después de hacer su práctica en la Oficina Migrante de la Municipalidad de Maipú -donde conoció a fondo los problemas de carácter administrativo que enfrentan los migrantes- y tras estar trabajando en forma solitaria en tres campamentos de Santiago.
“La idea tras Amar Migrar es simple: “somos lo que hacemos para cambiar lo que somos”, explica.
¿El foco de ayuda principal son los niños?
Sí, son niñas, niños y adolescentes en contextos vulnerables.
¿De qué manera desarrollan este apoyo?
Trabajamos en base a siete pilares fundamentales: apoyo en la etapa escolar, jornadas deportivas, intervenciones culturales, orientación para la regularización migratoria, visibilización y sensibilización de la migración, vida animal y medioambiente, salud mental y desarrollo socio comunitario. Para realizar estas tareas contamos con cerca de 100 voluntarios, compuestos principalmente por estudiantes universitarios y algunos profesionales, los que se dividen en equipos de trabajo social, salud mental y jurídico, entre otras.
Hay que entender que el fenómeno migratorio involucra a personas que, en la mayoría de los casos, no quieren migrar. Lo hacen para buscar mejores condiciones de vida. En ese sentido, la idea tras Amar Migrar es simple: somos lo que hacemos para cambiar lo que somos
Diego González, creador y presidente de Amar Migrar
¿A cuántos niños han impactado hasta ahora?
De forma directa el impacto ha sido de 85 a 90. Pero es un trabajo que va más allá, ya que conocemos a sus familias, a los colegios a los que asisten, cuál es su situación migratoria, a qué centro de salud familiar asisten y tratamos de proveer ayuda directa en términos sociales y de información. También, y de forma indirecta con actividades más masivas, hemos impactado a unos 200 niños y niñas.
¿Cuáles son las principales falencias o carencias que han visto en estos niños migrantes?
Son las mismas falencias a las que se ve expuesto un niño chileno o niña chilena que vive en contextos vulnerables, los cuales, en su mayoría, tienen relación con aspectos educacionales. Por ejemplo, hay muchos niños y niñas que con 12 años no saben leer, y que son brechas que sin duda se profundizaron en el contexto pandemia y que tendrán una repercusión enorme cuando sean más grandes. Por otra parte, en la mayoría de los casos, en términos nutricionales y emocionales, se evidencia una carencia condicionada al aspecto socioeconómico y otras condiciones, donde en muchos casos hay familias separadas y repartidas por diversas partes del mundo, que claramente produce un efecto en términos de salud mental.
¿De qué manera se financia Amar Migrar?
Solo con aportes voluntarios. Por eso nuestros recursos en general son muy bajos.
En tiempos en que el tema de migración es objeto de debate en la sociedad chilena, ¿qué mirada entregarías del fenómeno?
Dar una mirada sin ser consciente de todos los aspectos sería irresponsable, ya que hay muchas cuestiones que considerar. En todo caso, hay que entender que el fenómeno migratorio involucra personas que, en la mayoría de los casos, no quieren migrar, sino que lo están haciendo por una necesidad para buscar mejores condiciones de vida. También hay que sumar el rol del Estado y el de diversos gobiernos, el cual claramente ha sido ineficiente en diversos aspectos, con políticas públicas que no han solucionado el problema de fondo, ni mucho menos se han encontrado mejoras a largo plazo. El problema más son los ingresos clandestinos a través de pasos no habilitados, cuestión que responde a una gestión ineficaz de los gobiernos. Y agrega: “Lamentablemente, muchas veces los medios de comunicación se enfocan en los aspectos negativos de la migración, sin atender los motivos de fondo de esa migración. Ello lleva muchas veces a que se genere discriminación y xenofobia. Hay que aportar con una mirada de sensibilización y comprensión de un fenómeno que tiene que ver con crisis humanitaria”.
¿Qué objetivos tienen para el 2023 en Amar?
Este año tenemos como objetivo principal conseguir un espacio propio para poder realizar nuestras actividades, ya que la mayoría de nuestras actividades se realizan en calles, plazas o en alguna sede social prestada. Es un objetivo estratégico muy importante para nuestra organización, ya que con esto creemos que podríamos escalar nuestro proyecto de diversas maneras y vincular nuestra gestión hacia la comunidad de distintas formas. Otro objetivo que sumamos que igualmente es importante tiene que ver con los aportes, ya que tenemos la idea de desarrollar un modelo que nos permita ser sostenibles en el tiempo. Para ello es clave el aporte del gobierno y del sector privado. Por último, nos interesa llegar a otras zonas del país donde podamos ser un aporte.